MUJERES
VIAJERAS – LA VUELTA AL MUNDO CON OJOS DE MUJER (reto módulo 3)
1. Presentación
Se trata de un proyecto de intervención comunitaria en el ámbito de la interculturalidad, a través de diferentes talleres, dirigido a mujeres de origen extranjero que residen en el municipio de Sant Adrià del Besòs, provincia de Barcelona, durante los meses de mayo y junio del año 2007. Este municipio había visto aumentar la población de origen extranjero, pero no existía ninguna asociación que aglutinara el colectivo de personas extranjeras, lo cual dificultaba el trabajo comunitario con esta ciudadanía.
La iniciativa del proyecto surge desde el Centro de Información y Orientación de la Mujer (CIOD, por las siglas en catalán) del Ayuntamiento de Sant Adrià del Besòs. La práctica se enmarca dentro del Programa de Inmigración de este ayuntamiento y también tiene una clara relación con su Plan Municipal de Políticas de Género.
2. Análisis del ámbito el que actúa la buena práctica
La justificación de esta práctica se basa en diferentes motivos:
- Desde el Centro de Información y Orientación de la Mujer se detectó que las mujeres de origen extranjero se acercaban poco a este servicio y no participaban en él.
- Inexistencia de iniciativas dirigidas a la sensibilización y al fomento de la interrelación entre mujeres de diferentes culturas presentes en el municipio.
-Inexistencia de asociaciones de origen extranjero en el municipio.
La población objetivo eran las mujeres de orígenes diversos del municipio de Sant Adrià del Besos, sobre todo del margen izquierdo del río Besòs.
Los principales objetivos de la práctica eran:
- Fomentar la relación interpersonal entre mujeres de diferentes orígenes culturales.
- Promover un espacio de intercambio de experiencias y de vivencias entre las mujeres participantes.
- Conocer pautas sociales y culturales de diferentes países del mundo.
- Crear un clima de reconocimiento mutuo reforzando la cohesión social.
Se diseñan unos talleres, en el ámbito de la interculturalidad, pensados como un espacio de relación entre las mujeres inmigradas. El diseño de estos talleres quiere dar protagonismo central a las mujeres y, por tanto, se buscan mujeres dinamizadoras de los talleres, se preparan las diferentes sesiones y se elabora un material para las participantes.
Los talleres estuvieron dinamizados por mujeres de la misma ciudad que acercaban a las participantes a su realidad de origen, de manera que se podía vivir, en primera persona, su experiencia familiar, migratoria, de crecimiento, de pérdida, etc. A partir de una explicación personal del propio país, se presentan elementos culturales, turísticos y gastronómicos. Los talleres fomentaron la participación de las mujeres en una experiencia de respeto y de reconocimiento de las experiencias personales. Las sesiones llevaban, cada una de ellas, a un país diferente de los cinco continentes y se acababan los viajes con una merienda colectiva. La edición de cada taller finalizaba con la entrega de un pasaporte simbólico visado por todos los países por donde se había viajado y el álbum de fotos de los viajes.
Los recursos humanos implicados en esta buena práctica fueron dos profesionales municipales con dedicación parcial (técnica en políticas migratorias y coordinadora del CIOD) y una tallerista para cada sesión.
3. Resultados e impacto de la buena práctica
Los productos obtenidos de la buena práctica fueron los siguientes:
- Sesiones participativas de las mujeres recién llegadas, en las que se ha tratado la diversidad cultural focalizada en el origen de cada una de las participantes en la actividad. Así, se ha conseguido profundizar en el conocimiento de diversas realidades culturales, gastronómicas, sociales, etc.
- Dossier fotográfico de las sesiones.
- Dossieres de materiales explicativos de cada sesión (país, historia, etc.).
- Pasaporte simbólico para cada mujer, documento simbólico de la vuelta al mundo.
La difusión de la práctica se realizó a través de los servicios municipales, de las bibliotecas del municipio, de los cursos de catalán, de la base de datos del CIOD, de entidades y asociaciones del municipio y, también, a través de las entrevistas en diversas radios a las responsables del proyecto.
El impacto más inmediato del taller fue el conocimiento y el acercamiento al servicio del CIOD para las mujeres que no habían tenido ningún contacto previo con esta institución. Cabe decir que muchas de ellas, a partir de la experiencia del taller, continuaron vinculadas a otras actividades del CIOD.
Por otra parte, las mujeres que han asistido asistieron al taller mejoraron sus competencias comunicativas y conocieron otras culturas que, a veces, no tenían relación pero que, a través del taller, se dieron cuenta de que tenían muchos aspectos en común.
Por último, a nivel municipal, se abrió una nueva línea de trabajo sobre la sensibilización entre diferentes culturas en el Plan Municipal de Políticas de Género.
4. Puntos fuertes y debilidades de esta buena práctica
Los puntos fuertes de la práctica son los siguientes:
- La participación de las mujeres del municipio en las fases de diseño, ejecución y evaluación del proyecto, y, por tanto, su apropiación del proyecto, ya que tanto las mujeres dinamizadoras como las participantes eran del propio municipio.
- El reconocimiento y valoración de las diferentes culturas en un ambiente de complicidad y respeto mutuo, que supone un cálido recibimiento de las recién llegadas al municipio.
- La buena valoración de las participantes en el taller, que se refleja en su continua asistencia a los talleres y a la demanda de continuidad de talleres sobre interculturalidad.
En cuanto a las debilidades de la práctica, se pueden identificar las siguientes:
- Actuación aislada en el ámbito de la interculturalidad y el fomento de las relaciones entre las mujeres inmigradas. Se hubiese podido articular con otro tipo de intervenciones como: alfabetización, en su caso, y/o enseñanza del castellano y del catalán; formación en derechos; programas de inserción laboral; formación; corresponsabilidad en el ámbito familiar, etc.
- Dificultades de conciliar la vida familiar con la asistencia al taller (muchas mujeres acudían con niños/as pequeños/as). Esto se podría haber solventado organizando una ludoteca y, en su caso, ofrecer un servicio de cátering si coincidía con el horario de las comidas.
- No se llegó a contactar con muchas de las mujeres extranjeras del municipio, destacando la inexistente presencia de mujeres del Este de Europa. Se podría haber acudido a los lugares donde van estas mujeres y dejar información allí, contando con alguna persona que pudiera informarlas de la existencia de estos talleres.
- Dificultad de comunicación con la lengua catalana, que se hubiese podido solucionar con la presencia de intérpretes en los talleres.
Replicabilidad de la práctica
Esta práctica es fácilmente replicable y es especialmente recomendable replicarla en municipios con una fuerte presencia de mujeres inmigradas.